DIARIO DE UN PEREGRINO


Miércoles, 12 de mayo de 2010
  • Girona


Ya lo anunciaban para esta semana, por tanto no era de sorprender… la mañana se presenta con un cielo muy amenazador; a lo cual hay que añadir unas temperaturas realmente bajas para la estación del año en que nos encontramos. Salimos con mi hijo de Balsareny, bastante abrigados y con cierto atrevimiento, “el día no invita a estar en la calle, ni dar demasiados paseos, pero ya decidimos quedamos ayer martes en casa, ante el aviso insistente que escuchamos en televisión la noche anterior, de fuertes lluvias locales y generalizadas”, pero no nos podemos permitir el lujo de quedarnos en casa a la espera de mejores días, ya que nuestro peor enemigo no es el tiempo sino el Banco de Satán, que puso en marcha el amenazador cronómetro del embargo y éste no se para ni atiende a razones.

10 de la mañana y nos encontramos en la puerta de la oficina principal del Banco de Santander en Girona, Plaza Maques de Camps, 1. Algunos rayos de sol, perdidos, aparecen tímidamente y se filtran entre las amenazadoras nubes, apenas tienen fuerza para clarear el día, pero a pesar de ello lo intentan y consiguen abrir unos claros que nos dan esperanzas de disfrutar de un día intermitentemente soleado. Pero poco a poco ceden en su intento y acaba cerrándose el cielo, oscureciendo el paisaje y dando paso a un viento que va en aumento, anuncia la llegada inminente de agua y aumenta el frío.

Nos encontramos al frente de un semáforo que da paso, de forma continuada a lo largo de la mañana, a una gran cantidad de personas. El viento y el frío crecen con el paso de los minutos, y no invitan a que la gente se detenga demasiado y haga preguntas, aún así se genera una gran expectación cada vez  que la gente aguarda a que el semáforo se ponga verde para darles paso. Muchas personas dejan pasar el aviso del semáforo y esperan a un siguiente turno, mientras leen con interés el texto de nuestras pancartas, se acercan para recoger una tarjeta nuestra, donde les invitamos a que visiten este blog y obtengan una mayor información. Al otro lado de la calle, mientras esperan al semáforo en verde, aumenta el grupo de personas y con ellas su intriga sobre lo que está ocurriendo con nosotros. Atraviesan la carretera y muchas de ellas se acercan, sumándose al grupo de personas que ya estaban paradas frente a nosotros y, dificultando en muchas ocasiones el paso de la gente, ya que se forman constantemente amplios grupos de personas que, ahora sí, leen y nos preguntan.

La expectación sigue creciendo y alcanza su mayor auge cuando aparecen los primeros fotógrafos de la prensa local. El primero en llegar, el Diari de Girona, seguidamente Diari El Punt, a continuación Radio Marina y para finalizar TV Girona. Los empleados del banco van saliendo tímidamente de la oficina, no pudiendo resistir la curiosidad de mirar lo que pasa y cuál es la reacción de la gente. Espero que tomen buena nota de lo que está sucediendo y su director advierta a mayores instancias, de la mala imagen que va sembrando el Banco de Satán y, la publicidad negativa que supone mi acción para ellos. La solución es muy sencilla y la tienen al alcance de su mano, cumplan ustedes con lo pactado en mi contrato de seguro y yo cesaré en mi campaña de descrédito.

Llegan aproximadamente las 13,30 h. del mediodía y comienzan a caer las primeras gotas, aumenta el viento y esto amenaza con una gran tormenta que no se hace esperar, cae una importante cantidad de agua que nos obliga a refugiarnos en la entrada contigua al banco de un garaje para vehículos. Esperamos a que pase la fuerte tromba de agua para retomar nuestra protesta, pasan los minutos y lo que parecía tormenta se convierte en permanente lluvia que aumenta y afloja por momentos su intensidad. Nos acercamos a la hora de espera y esto no tiene cara de arreglarse, aprovechamos una de las ocasiones en que el agua nos da una pequeña tregua, para cargar las pancartas y la silla en el coche y, regresar de nuevo a casa. La acción de hoy apenas ha durado cuatro horas, pero nos marchamos satisfechos, ya que al margen de las muchísimas personas que nos han visto, los medios que nos han visitado se encargarán de difundir ampliamente nuestra protesta. En las ciudades con menor densidad de población que Barcelona, las noticias circulan con mayor fluidez.
 

Lunes, 10 de mayo de 2010
  • Tarragona


9 de la mañana, Rambla Nova 33 de Tarragona, muy cerquita del “Balcón del Mediterráneo”, donde finaliza esta agradable Rambla y se muestran unas interesantes vistas del mar y del puerto de la ciudad. Una mañana muy agradable, temperatura fresca, pero un inmenso día soleado. La ciudad va despertando de forma muy tranquila, se respira un ambiente pre-vacacional y veraniego, los comercios del lugar permanecen cerrados, apenas unas cuantas cafeterías y terrazas que preparan su acomodo para los posibles clientes que no acaban de aparecer. Los que sí han acudido a su cita diaria, son los bancos y las cajas del lugar, prestos a servir y canjear su dinero efectivo por el de plástico que muestran las personas que acuden a sus cajeros automáticos. También sus arcas permanecen abiertas en el interior de sus oficinas, a la espera de recoger la recaudación de todos sus clientes, y administrarla como mejor les apetezca.

Allí nos encontramos mi hijo y yo, fieles a nuestra cita con el diablo, con el banco de Satán, situado en el domicilio al principio indicado. Entramos en la oficina para hacer entrega al director de una carta acompañada de toda la documentación de mi expediente, donde se explican los motivos de mi manifestación y le anuncio que permaneceremos ante las puertas de su oficina por un tiempo determinado, hasta que nos traslademos a una próxima oficina central del Santander.

A medida que avanza la mañana, crece el número de transeúntes que pasa por delante nuestro y leen con atención nuestro mensaje (Tarragona es una bonita ciudad que resulta muy acogedora, el hecho de tener una población más reducida que Barcelona, facilita el diálogo entre sus ciudadanos). Pronto llegarían los primeros medios de comunicación, que atendían con gran interés nuestra protesta. En primer lugar dos periodistas que coincidieron al mismo tiempo, una de Tarragona Radio y otro del diario digital Tarragona21, a continuación respondió a nuestra llamada el Diari de Tarragona, seguida de TV3 y, por último, el Diari Més. Un total de 5 medios de comunicación que han realizado una gran difusión de nuestra hazaña y, que se han solidarizado junto a las miles de personas que se detenían y se interesaban por nuestro problema, ofreciéndonos su apoyo incondicional, al tiempo que muchos nos proporcionaban sus datos personales o de contacto, por si decidíamos organizar una manifestación mayor.


 


Domingo, 9 de mayo de 2010
  • Barcelona




Iniciamos nuestra andadura fuera de Barcelona. Según las predicciones metereológicas, se presenta una semana bastante complicada, con amenazas de fuertes lluvias en toda la península, por ese motivo he decidido seguir con mi protesta cerca de casa, visitando las tres provincias restantes de Cataluña.

Nuestra idea era salir fuera de Cataluña, pero esperaremos unos días para ver si mejoran las previsiones, ya que la ruta prevista fuera de tierras catalanas, se desarrollará inicialmente por el norte de España. Mientras tanto, dedicaré esta próxima semana a visitar las sedes centrales de Tarragona, Girona y Lleida. Os iré comentando regularmente mi experiencia en estos lugares.


Sábado, 8 de mayo de 2010
  • Barcelona





Han sido dos semanas las que hemos permanecido a las puertas de las oficinas centrales del Banco de Santander en Barcelona, Paseo de Gracia 5, con la esperanza de solucionar esta angustiosa situación en la que nos encontramos mi familia y yo.

El primer día, a la media hora de situarme ante sus oficinas y comunicarles mi decisión de manifestarme públicamente, dos directivos del banco, Román Nebot y un tal Tomás "el pelirrojo" (le llamaré así de apellido por el color de su pelo, ya que su arrogancia, escasez de educación y nula profesionalidad mostrada, no le permitieron facilitarme su nombre y apellidos cuando se lo pregunté, ni tampoco su cargo. Tuve que enterarme del nombre por un tercer compañero suyo, David Baños, quien me lo proporcionó al preguntarle por el mismo), me invitaron a entrar con urgencia en las oficinas para tratar el tema. Seguramente que ambos regresaban de desayunar, intuyo que era así, dada la hora de la mañana en la que nos encontrábamos y las permanentes salidas de personal del banco, que se dirigían mayoritariamente en la misma dirección, al tiempo que regresaban los del turno anterior. Las miradas del personal que me encontraba en la puerta, con mi enorme cartel de protesta de 165 cm. de ancho x 100 cm. de alto, reflejaban la gran sorpresa de los mismos y su incredulidad.

Una vez dentro de las oficinas, mantuvimos una tensa conversación entre los tres; Román Nebot es el ex-director de la zona donde pertenece la oficina con la que contraté mi hipoteca, con él y un compañero suyo, mantuve una reunión en mi domicilio hace aproximadamente un año. En esa reunión acordamos que le enviaría la documentación de mi invalidez a su correo electrónico personal y, que realizarían las gestiones oportunas con la compañía de seguros para satisfacerme la indemnización a la tenía derecho. También le hice entrega de una copia de la denúncia cursada ante la policía, por el irracional y delictivo comportamiento del director de la oficina, que saltó por encima de una puerta de mi domicilio, colándose en el mismo sin ningún permiso. Como todos sabéis, pocos días antes de Semana Santa, el Juzgado de Manresa nos notificaba el embargo de nuestra vivienda, ¡eso sí!, sin haber recibido noticia alguna del dinero que me tenían que abonar del seguro contratado y, sin haber recibido ninguna explicación ni excusas, por el atropello que cometió el director de su oficina.

Román Nebot se dedicó a echar balones fuera durante toda la reunión, para justificar la falta de noticias y la poca ética con la que el banco ha procedido en este caso, argumentando que hace ya un tiempo que ocupa otro cargo en la empresa y, que desde entonces no tiene ninguna noticia ni control sobre mi expediente. El impresentable Tomás "el pelirrojo", mantuvo durante toda la reunión una actitud burlesca y desafiante, comunicándome que mi manifestación popular no le preocupaba lo más mínimo al banco y, que no me cupiera la menor duda de que seguirían adelante con el embargo de la vivienda y se harían con la propiedad de la misma. Sin palabras; la pose chulesca de semejante crápula, pone de manifiesto la prepotencia con la que actúa esta entidad, que sin embargo, no hizo más que acentuar mi decisión de luchar contra tan indeseables elementos de esta sociedad. Como punto y final de tan grotesca y poco inteligente conversación, acabó la misma diciéndome que una persona como yo, de mediana edad, discapacitada y sobre una silla de ruedas, suponía un chantaje emocional para el banco... "Lo dicho", imagino que a este señor le sirve la cabeza únicamente para sujetar el casco de moto con el que sale puesto cada día de la oficina, al finalizar su jornada de laboral, como si en lugar de un directivo de la entidad, se tratase de un repartidor de Telepizza.

David Baños, actual director de zona  de la oficina con la que suscribí mi hipoteca,  fue avisado para que asistiera con urgencia a la reunión que manteníamos. Llegó bastante tarde; al incorporarse a la misma, se retiraron sin más demora sus dos compañeros precedentes, dejándome suponer, dada la carencia de argumentos que justificasen el espacio de tiempo que me tuvieron ocupado en las oficinas, que ésta primera parte de la reunión no tuvo otra finalidad que retirarme de inmediato de la calle para no dañar la imagen del banco.

La reunión continuó con David Baños por cauces de mayor cordialidad y respeto. A medida que avanzaba su discurso, se ponía de manifiesto la excesiva cortesía y halagos con los que nos trataba a mi hijo y a mi, dejando al descubierto, tal vez con demasiada inocencia, una actitud que delataba claramente su intención de ganarse nuestro afecto, para de esa forma llevarnos a su terreno y así defender mejor los intereses del banco al que representa. Empleó a fondo sus habilidades personales, demostrando que tal vez estaba formado para desarrollar una actividad comercial, con técnicas demasiado elementales y caducas, pero muy poco preparado para afrontar conflictos. En resumidas cuentas, muchos rodeos y palabras poco claras, para intentarme convencer de que abandonase mi acción a las puertas de la oficina, llegándome a decir algo tan gracioso como que mi reivindicación en la calle, era inmoral. ¿Algún lector puede decirme si la palabra moralidad aparece en el diccionario de la real banca española?

El resto de días hasta completar estas dos primeras semanas, han transcurrido, por ahora, sin resolución satisfactoria. Aguantando en la calle y ante las oficinas, un promedio de 10 horas diarias, de las cuales cabe destacar tres cosas:

·       El exceso de arrogancia o prepotencia con la que nos mira la mayoría del personal de dicha entidad, tratándonos con absoluta indiferencia y demostrando una vergonzosa falta de educación, ya que, con la única excepción de dos o tres de ellos, el resto de los muchísimos empleados y directivos que allí trabajan, no son capaces de pasar por delante nuestro ofreciéndonos los buenos días o buenas tardes pertinentes, con los que habitualmente puede saludar cualquier "persona" educada. Román Nebot saluda con amabilidad cada vez que entra y sale de la oficina. David Baños saluda cuando va solo, y no siempre; cuando va junto a compañeros o jefes, nunca lo hace. Se acabó la falsa sonrisa y empalagoso peloteo con el que intentaba convencernos el primer día. El cómico "pelirrojo", no suelta prenda ni que lo mates, imagino que aunque quisiera, tampoco puede hacerlo con el casco enfundado en su cabeza.

·       Ningún alto directivo o responsable de las oficinas de Barcelona, ha dado la cara ni se ha dignado a tener una reunión conmigo para tratar el tema, únicamente han enviado a los "jóvenes machacas". Por lo visto no merezco ni siquiera su consideración, ni como cliente, ni como persona, a pesar los muchos millones que les he dejado todos estos años en intereses de mi hipoteca. Millones que han servido entre otras cosas para pagar sus propios sueldos y el pan con el que alimentan a sus hijos.

·       Es impresionante la muchísima expectación que crea nuestra protesta entre la multitud de ciudadanos que pasan a diario por delante nuestro. En dos semanas han sido miles las personas que se han parado para leer el cartel y hablar con nosotros. Unos nos felicitan por la iniciativa, otros nos desean suerte, algunos incluso nos han dado las gracias por hacer lo que hacemos. Para finalizar, un importante número de personas y grupos, nos dejan sus datos, se ofrecen a participar en la protesta, nos animan para que emprendamos acciones conjuntas, nos coordinemos y, constituyamos entre todos un gran equipo que trabaje de forma permanente para acabar con estos abusos y habituales atracos a los que se han acostumbrado a realizar estos señores.

Lamentablemente, se pueden contar por decenas de millares las personas que se han encontrado problemas con el Banco de Santander, seguramente que ocurrirá lo mismo con el resto de bancos y cajas de ahorros, pero el hecho de encontrarme a las puertas del Santander, hace que la gente me explique sus desafortunadas experiencias con este banco; desde los miles y miles de clientes damnificados por los famosos fondos “Banif” del Santander, “caso popularmente conocido como el corralito de Botín, donde infinidad de personas han perdido sus ahorros o viven con la inquietud de no saber si algún día podrán recuperar su dinero, y en qué cuantía”, hasta las miles de familias que se sienten engañadas por quitarles su vivienda, persionistas de avanzada edad totalmente defraudados con sus planes de pensiones, etc., etc.

El día de Sant jordi fue algo increíble, no quisiera exagerar si digo que ese día pasaron por delante nuestro medio millón de personas, como tampoco quisiera exagerar si de esas personas se pararon 10.000 para hablar con nosotros. Fue algo inexplicable y agotador, aunque eso sí, muy gratificante comprobar el apoyo que recibíamos.

Sinceramente, creo que la mejor manera de tomarle el pulso a esta sociedad, es sentarse, como nosotros lo hacemos, durante todo un día a las puertas de un banco, para darse cuenta del clima de crispación y angustia que se vive. Si tuviera que resumir las sensaciones que recojo, diría que en estos momentos, la sociedad se encuentra como nuestros bosques en pleno mes de agosto, es tal la elevada temperatura que se alcanza, que cualquier descuido o elemento que pudiese provocar una primera llama, acabaría arrasándolo todo.

Juventudes Comunistas de Cataluña, Plaraforma de Afectados por la Hipoteca, y otras asociaciones o grupos, se nos han ofrecido para darnos apoyo y organizar manifestaciones multitudinarias y permanentes ante las puertas del Santander. Espero que la cordura, si es que existe, de los responsables de esta entidad, haga que solucionen con urgencia mi expediente, de lo contrario, me veré abligado a aceptar esas ayudas. Cualquier cosa antes de permitir que me roben mi vivienda, porque a día de hoy solo tengo clara una cosa: de ninguna manera se quedarán con la casa, y si persisten en su inmoral y repugnante intento, van a tener que pagar un precio muy elevado, porque únicamente conseguirán detenerme si me hacen desaparecer del mapa.



 



Miércoles, 7 de abril de 2010
  • Barcelona


No soy un moroso. Soy un estafado e ignorado por un sistema capitalista brutal y despiadado.

Yo era un ciudadano productivo más, de los muchos que hay como yo, víctimas del escándalo financiero que se está produciendo y encubriendo en nuestro país por las fuerzas políticas existentes. Trabajaba con ilusión, pagaba mis impuestos, generaba puestos de trabajo y riqueza.

Suscribí una hipoteca con el mismísimo diablo disfrazado: una de las entidades más fuertes del panorama económico y financiero nacional e internacional, el Banco de Santander. Pagaba puntualmente la misma hasta el momento en que una enfermedad degenerativa se apoderó de mi cuerpo y, con ello, de todas mis posibilidades de mantener la misma vida laboral y productiva que hasta ese momento había realizado. La nueva discapacidad me fue generando unos costes económicos de adaptabilidad de vida, consultas médicas y tratamientos, que nuestro actual sistema político y Administrativo, no cubre ni de lejos en su totalidad.

Puse en conocimiento de esta entidad bancaria mi nueva situación, confiando en que su anunciada respetabilidad me correspondería con el mismo apoyo que yo un día les dispensé a ellos, que responderían a la confianza que yo les deposité al suscribir mi operación de crédito. Esperaba que ante mi nueva situación de invalidez, con la que he perdido una importante movilidad y me obliga a desplazarme en silla de ruedas, el banco me abonaría el importe de la póliza de seguro que en su día me obligaron a contratar y, que preveía este tipo de situaciones, más la de accidente o fallecimiento.

Pero lejos de rebajar ese importe de mi hipoteca y presentar una propuesta de amortización que se adaptase a mi nueva situación económica, me convertí en presa de sus constantes acosos y malas maneras. Poniendo la guinda a estos abusos el mismísimo Director de la Sucursal del Banco de Santander que me concediera en su día la hipoteca: esta persona entró en mi domicilio particular saltando por encima de una puerta que se encontraba cerrada, ante la presencia de testigos que corroboraron este hecho en la denuncia que interpuse ante la policía autonómica catalana.

Hoy me encuentro con que se han comido mis ahorros y una buena parte de los ingresos que obtenía cuando podía desempeñar mi trabajo. Pretenden embargarme mi hogar y dejarnos a toda la familia en la calle, prestos a subastarlo por un importe muy inferior a su valor real y al que en su día yo mismo suscribiera, para beneficio de crápulas y subasteros.

Ese es el Banco de Santander. Una de las entidades que más fondos públicos y privados recauda y gestiona; una de las entidades que más beneficios económicos habitualmente declara. La misma que se jacta de invertir 200 millones de euros en el equipo de Ferrari y Fernando Alonso, para seguir luciendo poderío en esta España de amodorramiento, de circo y pandereta. La misma que financia con fortunas inmorales la compra de futbolistas, para que ese poderío, forjado con el dinero de sus clientes y los abusos que le permite el Gobierno ejercer sobre los mismos, traspase fronteras y muestre al mundo el despilfarro que existe en este país, por encima de necesidades sociales de primer orden, por encima de conciencias y personas desesperadas, para hacer todavía más evidente la falta de sensibilidad y compromiso con una sociedad que le ha permitido todo y se ha convertido en la Meca de ávidos banqueros y políticos corruptos.

Un país que no siendo ni de lejos la tercera potencia económica mundial, ha metido entre las filas del capitalismo internacional al tercer banco más potente, ese que con nuestro dinero se ha convertido en uno de los más ricos, pero también de los más pobres en gratitud y calidad humana. Ese que ha sabido, como todos sus homólogos nacionales, aprovecharse de la bondad de las gentes conformistas de este país, aprovecharse también de sus desgracias y, de una legislación que parece proteger únicamente los intereses de estas entidades, en detrimento de los más débiles. Una legislación que utiliza la maquinaria democrática y su Estado de Derecho, para dar forma a un inverosimil escenario de injusticia para sus ciudadanos y, albergar a un gran número de insaciables tragaperras que se han arropado bajo las sábanas celestiales de este fantástico paraíso financiero situado al sur de Europa.

Este es su banco y cada día el de más gente, el mismo en el que invierten su vida y su dinero.

Estoy aquí con mi hijo, en la calle, donde ellos nos quieren dejar. Me he plantado ante una oficina del Santander porque deseo poder mirar y que me mire a los ojos uno de los hombres más ricos del mundo: el Sr Botín. Para que sepa de donde sale una sustancial parte de sus beneficios y de su dinero, de tragedias como la que hoy os cuento.

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