El Santander anunció ayer que aplazará la venta de los activos de su fondo inmobiliario, cuyos reembolsos a inversores están congelados desde marzo de 2009, debido a la falta de ofertas “razonables” y a las ventajas que le suponen los cambios que planea el Gobierno para la liquidación de este tipo de fondos de inversión.
Un robo permitido por el Gobierno a muchas familias de este país.
En un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Santanderseñaló que el grueso de las ventas de activos del Santander Banif Inmobiliario se realizará “a lo largo del año 2011 y siguientes”, frente a la previsión inicial de que ese proceso se acelerara a partir del segundo semestre de este año.
El banco presidido por Emilio Botín justifica esa demora debido a que “en el momento actual se sigue observando una situación de iliquidez y depresión generalizada del mercado inmobiliario, en la que los precios de un elevado porcentaje de las ofertas recibidas no se han considerado razonables, ni por la gestora ni por los asesores externos”.
A ello hay que añadir los cambios que prepara el Ministerio de Economía, que tiene previsto establecer que la gestora de cualquier fondo en liquidación se encargue en todo caso de la venta del patrimonio, sin que exista un plazo límite para que se acometan esas operaciones.
Actualmente, transcurridos los dos primeros años, el patrimonio pasa a ser gestionado por los partícipes, quienes pueden tomar las decisiones de venta.
Todas esas circunstancias han llevado a la gestora del fondo inmobiliario “a rechazar ofertas de compra que, por su precio, no se han considerado de interés para los partícipes”, señala el comunicado.
Además, el banco destaca que “las operaciones que se han podido cerrar hasta la fecha, con precios que reflejan el valor pleno de los inmuebles, tienen su origen, con carácter general, en ofertas formuladas por los usuarios finales de los edificios”.
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